El capitalismo progresista es la moda y el economista burgués Joseph Stiglitz se frota las manos con el triunfo de Biden y las tareas que según su variante serían una alternativa y no otra cara del neoliberalismo(Ver nota de entrevista a Stiglitz en https://www.latercera.com/culto/2020/11/10/joseph-stiglitz-no-habra-recuperacion-economica-hasta-que-nos-recuperemos-de-la-pandemia/).
Stiglitz critica las medidas de comprometer el déficit fiscal de EEUU al dispararle con las políticas de Trump de eliminar impuestos y que reduce la captación de dinero para el Estado. No cuestiona el proyecto de fortalecimiento industrial y de servicios de EEUU declarándole la guerra económica a China, reactivando la producción industrial local protegiéndola y exonerándola y haciendo caer el desempleo a 3, 5% en octubre de 2019.
Stiglitz plantea para EEUU una estrategia económica no industrial sino de servicios, robotización y de TICs. Pero ¿qué hacer con el desempleo que está reingeniería capitalista trae consigo?
El discurso demagógico de Stiglitz es una variante del demagógico que ha tenido Trump. Porque para el primero es un asunto de superar la pandemia, facilitar asistencialismo a la población más afectada y fondos estatales para la burguesía. Para el segundo, se trata de fortalecer la capacidad productiva norteamericana para luego ir de una guerra económica a una acción militar a gran escala (III Guerra) contra China y Rusia, para redefinir las relaciones Inter Potencias en el marco de un capitalismo que profundiza su lógica de concentración del capital.
Stiglitz desatiende la lógica de concentración del capital y por tanto de la inevitable confrontación por establecer o restablecer en el caso del imperialismo norteamericano la hegemonía. Su plan no cambia la dinámica de crecimiento del déficit fiscal pues plantea la ayuda a las empresas con fondos públicos y una política de salud pública también desde el Estado.
Pero tampoco es viable en la medida que generalizando y centrándose en servicios y alta tecnología no resuelve el problema de la sobreproducción que caracteriza las crisis crónicas del capitalismo ( al contrario con esta modernización de las formas de producción aumenta la sobreproducción), ni resuelve la tendencia creciente a la caída general de la tasa de ganancia y tampoco resuelve las contradicciones de la existencia de Estados Nacionales, ahora en una modalidad de bloques económico- militares regionales, que no dan base para la Globalización como expresión de restablecer la libre concurrencia del capitalismo cuando este fue progresivo y desarrollaba las fuerzas productivas. Esa fase del capitalismo no volverá nunca más y al contrario su prevalencia solo está llevando a la barbarización creciente de la humanidad.
Hace unos días el cineasta Michael Moore dio a conocer v su carta a Biden donde ilusamente le atribuye atributos que más allá de sacar 5 dólares para dárselos a los papás y le compren un helado un niño en berrinche, el nuevo ocupante de la Casa Blanca no tiene. Moore busca progresismo en demostraciones demagógicas y moralistas de cuento de Navidad en Biden. Su esperanza que Biden restaure la norteamericana del Estado de Bienestar que empezó en la pre guerra y era parte de la preparación para la II Guerra y desarrollado en las casi tres décadas posteriores fue solo episódico y resultado de ser la potencia militar triunfadora. Pero tal triunfo solo ralentizó la crisis crónicas del capitalismo e inclusive contradictoriamente el Estado de Bienestar ha profundizado los elementos de crisis que ahora revientan y con más fuerza y capacidad destructiva de la humanidad y civilización (Ver carta de Moore en https://eldiariolatinoamericano.com/la-carta-de-michael-moore-a-joe-biden…
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